Esas fueron las palabras de Humberto Rodríguez Bañuelos alias la Rana (la persona que dio muerte al Cardenal Posadas Ocampo) a Jesús Lemus en la cárcel de Puente Grande, cuando le reveló porque se consideraba el mejor gatillero de todo México.
Si eres de los que le gusta mas escuchar que leer, aquí te dejo el video que hice sobre este artículo para mi canal de Youtube. Disfrutalo!!!
¿Quién es Humberto Rodríguez Bañuelos?
Jorge Humberto Rodríguez Bañuelos mejor conocido como la rana, quien era originario de Sinaloa, era un comandante de la policía judicial de ese mismo estado.
Posteriormente, durante los años 80, estuvo al servicio del Chapo Guzmán, luego se fue con Amado Carrillo y por último, se convirtió en jefe de escoltas de los Arellano Félix.
En Morelia, era una persona muy respetada, donde tenía una casa en la que vivía con su esposa e hijos, además de tener negocios que le permitían vivir sin complicaciones.
Paralelo a su trabajo con los Arellano y sin que ellos lo supieran, la rana realizaba distintos encargos para un comandante con el que tenía muy buena amistad.
Siempre le encargaba los trabajos difíciles gracias a su gran reputación y a que las llevaba a cabo con mucho profesionalismo.
Y fue precisamente ese profesionalismo y el ser el mejor en su trabajo lo que lo llevó a aceptar un encargo que se convertiría en su perdición. El encargo más difícil y el último que realizaría en su vida.
El Encargo
Un día cualquiera, la rana recibió una llamada telefónica de su amigo el comandante quien le dijo lo siguiente.
- Comandante: Ranita ¿Dónde anda el amigo?
- Rana: A la orden comandante. Ando por acá por las bellas tierras de Michoacán. Déjese caer la greña y nos vamos de reventón a la costa.
- Comandante: No, fíjese que tengo mucho trabajo. Solo lo llamo para encargarle un asuntito.
- Rana: Usted me dirá.
- Comandante: Sí, es ahí cerquita. Necesito que vaya a Guadalajara y ahí espere nuevas instrucciones.
- Rana: Ya sabe comandante, usted diga rana y yo salto.
- Comandante: Sí. Vaya para allá y le estoy hablando en unos dos días más. Mientras, vaya juntando a la gente porque necesitamos asegurar al objetivo.
La rana se sentía un poco desconcertado porque, era la primera vez que le ordenaban un trabajo donde tenía que reclutar a un equipo.
Por lo general, eso lo decidía él valorando los riesgos de la misión y aunque no compartía la decisión del comandante, órdenes eran órdenes y no le quedó más remedio que aceptar.
La rana lo conocía muy bien y sabía que era muy exigente, entendió, por la forma como le hizo el encargo que, se trataba de uno muy especial que requería pulcritud milimétrica para que no le reclamaran luego falta de profesionalismo.
Luego de la llamada, la rana comenzó a moverse sigilosamente para no dejar ningún cabo suelto ya que sabía que se trataba de algo muy serio, incluso llegó a pensar que tendría que matar al presidente.
La Rana Reúne a su Equipo
La rana se fue entonces a Guadalajara, para cumplir las instrucciones que le habían dado y decidió que para llevar a cabo el trabajito, necesitaba de la gente más efectiva que conocía.
Y en palabras de la propia rana, dice que nunca conoció a gente mas efectiva para ese tipo de vueltas que los muchachos de Logan Heights al sur de San Diego.
La rana tenía plena confianza en ellos y a su vez, los del barrio Logan confiaban en la rana y aceptaban encantados los trabajos que este les encomendaba porque eran actos de precisión y se pagaban sustanciosa y puntualmente.
Desde Guadalajara la rana se desplazó hasta Tijuana y se reunió con Ramón Arellano Félix, a quien le pidió disculpas porque tenía que ausentarse ya que tenía un compromiso personal en San Diego, donde estaría por varios días para atender un asunto ajeno a la organización que implicaba ganarse unos dólares extras.

Ramón no dudó en darle el visto bueno ya que la rana gozaba plenamente de su confianza y lo único que le pidió fue que antes de irse le organizara las guardias.
Desde Tijuana, la rana cruzó la frontera a pie hacia los Estados Unidos ya que no le gustaba cruzar en vehículo.
Una vez en San Diego, se comunicó con alias el boricua, quien era su contacto para que lo ayudara a conseguir al menos cinco muchachos que pudieran viajar a Guadalajara lo antes posible.
Así pues, en menos de 24 horas, ya la rana tenía a su equipo de trabajo para llevar a cabo la encomienda de la que aún no conocía ningún detalle.
El Día que Mataron a Juan Jesús Posadas Ocampo
La rana regresó a Guadalajara con su equipo de trabajo y se comunicó con el comandante para pedirle los detalles de la operación.
El comandante finalmente le reveló de quien se trataba el objetivo y le dijo que la fecha de la operación sería el 24 de mayo y que debería estar en el aeropuerto de Guadalajara temprano por la mañana.
Cuando la rana escuchó las palabras del comandante, se quedó en silencio por unos segundos, en un principio se rehusó porque sabía lo complicado de la vuelta.
Sin embargo, y a pesar de que sabía que sería el último encargo que realizaría decidió aceptar porque, según sus propias palabras, desde que nació el propio Dios lo designó para llevarlo a cabo.
La noche anterior a la operación, la rana se la pasó pensando en los detalles de la vuelta. Le ordenó a sus hombres, quienes estaban muy nerviosos que, no ingirieran alcohol ni ningún tipo de drogas para que estuvieran lucidos y una vez amaneció, les pidió que revisaran su equipo y que se encomendaran al santo de su devoción.
Por su parte la rana, le hizo una oración a San Judas Tadeo, quien dice, nunca lo ha dejado solo.
La rana le ordenó entonces al boricua que, mandara a los muchachos al aeropuerto de uno en uno en autos distintos para no llamar la atención y que una vez llegaran al estacionamiento del aeropuerto procedieran con la formación.

Por su parte la rana, llegó al aeropuerto pasadas las 8 de la mañana y sin que él lo supiera, ese mismo día, también fueron citados al aeropuerto El Chapo y los Arellano Félix por Jorge Carpizo con el fin de que dialogaran y le pusieran fin a la disputa que mantenían.
La idea era que todos coincidieran en el mismo sitio y a la misma hora para echarle la culpa a una posible confusión entre las organizaciones que resultara en la muerte del cardenal.
La rana se percató de la presencia de hombres de Joaquín y de los Arellano ya que a muchos de ellos los conocía perfectamente.
Algunos habían estado bajo sus órdenes en algún momento y con otros, había hecho tratos y negocios en más de una ocasión.
En un principio, pensó que le habían enviado refuerzos no anunciados para cumplir con mayor eficiencia el encargo, Pero a pesar de ello no se dejó ver, ni tampoco permitió que ninguno de sus hombres descendiera de los vehículos donde esperaban que llegara el objetivo.
Pero las dudas de la rana se disiparon minutos después cuando divisó a lo lejos al Chapo. En ese momento, se dio cuenta de que no se trataba de ningún apoyo para su misión y alertó a sus hombres de la presencia de Guzmán y les ordenó evitar una confrontación con su grupo a menos de que se interpusieran con el objetivo.
Por otro lado, lo que si desconcertó a la rana fue la presencia de los Arellano y sus hombres, ya que si este grupo lo veía, inmediatamente se rompería el trato que tenía con el mon.
Llegó la Hora de Matar al Cardenal
A las tres y treinta de la tarde, después de una espera de casi siete horas la rana recibió una llamada telefónica donde le avisaban de la llegada del objetivo.
Así pues, el Grand Marquis Blanco de Ocampo entró al estacionamiento y se detuvo a tan solo 100 metros del lugar donde se encontraba la rana.
El cardenal había ido al aeropuerto a recibir al nuncio apostólico Girolamo Prigione, quien se disponía a realizar una gira de trabajo por Jalisco.
La rana podía observar al cardenal desde su posición, quien permanecía tranquilo y hasta tuvo tiempo de realizar dos llamadas telefónicas.
Y al cabo de unos minutos, la rana dio la orden definitiva y entonces sus hombres bajaron de los vehículos y se desplegaron en forma de abanico hacia el Grand Marquis blanco.
La rana avanzaba de primero con su cuerno de chivo y detrás de él iban Francisco Murillo alias el guero jaibo, Edgar Mariscal y Jesús Bayardo alias el gori.
Los hombres se pararon a cinco metros del automóvil y accionaron sus cuernos de chivo, matando de esta forma al Cardenal.

La rana dice que, durante segundos interminables vio la mirada del Cardenal y que sintió su mirada como si este lo perdonara por lo que había hecho.
Luego de unos treinta segundos, la rana le ordenó al gori que, verificara si el objetivo aun se movía y para asegurarse de que la vuelta estaba bien hecha el gori lo remató.
La rana y su gente estaban felices por haber completado la vuelta con éxito, pero tan solo unos segundos después un hecho inesperado los agarró por sorpresa.
Resulta que los hombres del Chapo y de los Arellano, confundidos sin saber que pasaba accionaron sus cuernos de chivo hacia todos lados.
Ambos grupos cubrían la huida de sus jefes, los Arellano entraron al aeropuerto mientras que Joaquín se retiró en un vehículo.
Por su parte, el grupo de la rana, se retiró en al menos cinco camionetas, sin embargo, en medio de la confusión el gori se quedó solo y la PGR lo capturó.
Culpan al Chapo y a Los Arellano de la Muerte de Posadas Ocampo
En sus declaraciones, Carpizo dijo que, todo este hecho se produjo por la confusión de dos cárteles rivales, quienes se enfrentaron a balas en el aeropuerto y mataron a Ocampo.
Hasta que bajara un poco la marea, la rana fue a refugiarse en un hotel en San Diego y desde su habitación escuchaba las noticias sobre el suceso.
Le causaba gracia como Carpizo, trataba de mantener su versión a toda costa, sin embargo, el doctor Rivas la refutó y Carpizo no tuvo más remedio que cambiarla.
Dijo que El Chapo había llegado al aeropuerto en un Grand Marquis blanco idéntico al de Ocampo y que debido a esto el prelado fue confundido por la gente de los Arellano, quienes buscaban matar al líder de Sinaloa.
La rana dice que se siente orgulloso de que le hayan encomendado esa tarea.
“Es una forma de recibir el reconocimiento como el mejor gatillero de toda la historia de México. Es como si el gobierno me hubiera dado un certificado de ser el mejor”
Capturan a Quien Mató al Cardenal Posadas Ocampo
Cuando las aguas se calmaron, la rana regresó a México y continuó con sus andanzas hasta el año 2001 cuando lo capturaron.
Durante sus días en la cárcel de Puente Grande se dedicó a llevar una vida tranquila lejos de los problemas y pasaba sus días pintando sobre el lienzo y escribiendo sus vivencias.
En diciembre de 2017 sufrió un infarto y fue trasladado al hospital, donde estuvo internado más de quince días y finalmente, el 19 de enero de 2018, sufrió un segundo infarto que lo mató
